·         La primera etapa se ocupa de la conservación de las subcuencas y en la segunda se impulsarán programas de vivienda sustentable y preservación de suelos y agua.

 

Alumnos y docentes de la Maestría en Gestión Integrada de Cuencas, que oferta la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro, participan en un proyecto que tiene el propósito de recargar el acuífero del Cerro del Zamorano, ubicado en el municipio de Colón, así como evitar el azolve de la presa de La Soledad; con esto se beneficiarán cerca de dos mil habitantes de la zona en donde se promueve la conservación de diez mil hectáreas.

 

El Dr. Raúl Pineda López, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), encabeza esta iniciativa, la cual se apega al trabajo realizado en este posgrado durante los últimos diez años.

 

“La base del trabajo es la recuperación de recursos naturales para tener una riqueza que se pueda negociar, vender, manejar y socializar”, indicó el académico.

 

Mencionó que dicho programa se encarga de promover acciones para la recarga del acuífero del Cerro del Zamorano y para evitar que la presa de La Soledad se tape, pues de ella depende un grupo numeroso de regantes que se localizan entre las comunidades de El Poleo y San Pablo Tolimán; en este espacio se ubican diez mil hectáreas de cultivo.

 

Indicó que participa un grupo conformado por cerca de 28 personas entre alumnos, profesores y estudiantes avanzados de la doceava generación de dicho posgrado de Ciencias Naturales, en coordinación con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedea).

 

El Dr. Pineda López explicó que las actividades arrancaron en julio de 2013 y está por concluir la primera etapa. “Estamos terminando la primera fase con el municipio de Colón, con la Sedea y con las comunidades del Cerro del Zamorano, en donde se efectúa un proceso de conservación y manejo de las subcuencas del Zamorano, que incluye tres microcuencas: Ejido Patria, Nuevo Álamos y el Zamorano”, detalló.

 

La segunda etapa implica dos proyectos más, los cuales fueron consensuados con la comunidad: uno de vivienda sustentable y otro de conservación de suelos y agua. Este esquema pretende usar adecuadamente los recursos naturales del lugar para poder alimentar a las familias y manejar el bosque.

 

“El de vivienda sustentable básicamente consiste en procesos dentro de la vivienda rural que permitan el uso adecuado de la energía y de los recursos naturales, como el agua, de tal manera que se permita obtener un cierto nivel de seguridad hídrica y alimentaria”, aseguró el investigador.

 

Esto también incluye la implementación de diferentes ecotecnias para capturar el agua de lluvia, almacenarla, utilizarla, reciclarla y manejarla para la atención de alimento de huertos familiares.

 

Se considera, por ejemplo, la colocación de sanitarios secos para generar abono, el procesamiento de alimentos para secarlos y crear conservas, así como la implementación de fogones ahorradores de leña que permitan reducir tres o cuatro veces la cantidad de leña que se utiliza habitualmente.

 

De igual manera, se puede reducir el consumo de agua por medio del reciclaje mediante un filtro; de lo que se ha comprobado su efectividad, pues de pagar 240 pesos mensuales, la cuota bajó a 50.

 

Comentó que a la par se lleva a cabo un seguimiento de las labores, con la intención de que los mismos pobladores sean los que mantengan estos mecanismos a lo largo de los años venideros. “Al mismo tiempo estamos estimulando para que haya procesos de organización que permitan su autogestión, que ellos sean los que se muevan”, concluyó el académico.