La Facultad de Filosofía (FFi) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) fue sede del 33° Encuentro de Historia Económica del Norte de México, donde se impartió la ponencia “La embotelladora La Victoria y la segunda industrialización en el estado (1945-1969)”, a cargo del profesor e investigador Óscar Ávila Juárez. El académico analizó la evolución de una de las empresas más representativas en la entidad, vinculada a la trayectoria del empresario queretano Roberto Ruiz Obregón, figura destacada del siglo XX.

Detalló que en el marco de la transformación manufacturera impulsada por los efectos de la Segunda Guerra Mundial, Roberto Ruiz y su padre iniciaron el emboellado de Coca-Cola, bebida que llegó al país en 1926 y que rápidamente ganó presencia en el mercado nacional. Al identificar su potencial en territorio queretano, los Ruiz comenzaron a distribuirla en la región y, posteriormente, decidieron producirla localmente. 

En ese periodo de crecimiento fabril en tierra queretana, surgieron políticas de fomento orientadas a nuevos negocios. La compañía formó parte de este impulso al consolidarse como la principal envasadora y distribuidora de Coca-Cola en 1945, con patente y estrategia publicitaria propia. De manera paralela, la empresa introdujo su refresco “Victoria”, que continúa siendo uno de los productos más vendidos.

En 1958 obtuvo el Premio a la Mejor Calidad de Producción a nivel internacional, otorgado por la filial de Atlanta, reconocimiento que marcó un punto de inflexión en un negocio que en 1948 producía 24 refrescos por minuto y dos décadas después alcanzó 500 por minuto. El desarrollo posicionó a la marca convirtiéndola en una de las compañías más relevantes de la zona en el contexto del llamado Milagro Mexicano, aprovechando los programas de apoyo disponibles y las condiciones favorables del entorno.  

En dicho escenario, Ávila Juárez expuso que Roberto Ruiz Obregón se consolidó erigiéndose en uno de los empresarios más influyentes de la localidad. Hasta la década de los sesenta colaboró fungiendo de asesor del gobierno en temas de desarrollo productivo y participó en la creación de instituciones clave como el Tecnológico de Monterrey campus Querétaro, el Instituto Tecnológico de Querétaro, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica y la UAQ. Fue reconocido por su participación en proyectos sociales y en la formación de talento especializado, destacó Ávila Juárez.

Finalmente, mencionó que, de esta forma, el proyecto familiar logró posicionarse en un periodo propicio para la expansión industrial, capitalizando incentivos estatales y mostrando capacidad de negociación, innovación y dirección. La visión empresarial de Roberto Ruiz permitió que “La Victoria” se convirtiera en un referente del sector que mantiene su relevancia hasta la actualidad, concluyó el especialista.