Autoridades de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y de la Facultad de Artes (FA) celebraron la entrega oficial de las escrituras que reconocen a esta Casa de Estudios como legítima propietaria del inmueble donde se ubica el Teatro Esperanza Cabrera, en pleno corazón del Centro Histórico de la capital. Este trascendental acto jurídico asegura la posesión del espacio y, con ello, garantiza su permanencia como pilar esencial en la formación artística y cultural.

Erigido desde principios del siglo XIX, este edificio constituye un patrimonio histórico de gran relevancia tanto para la Universidad como para el estado; a lo largo de su existencia, ha sido escenario de acontecimientos políticos y sociales de notable trascendencia, algunos de los cuales contribuyeron de manera decisiva a la consolidación de la Constitución mexicana y al fortalecimiento de la vida democrática y académica de la ciudad.

Durante la ceremonia, la rectora Dra. Silvia Amaya Llano, acompañada por el abogado General de la UAQ, Lic. José Antonio Montes de la Vega y el notario Lic. José Adolfo Ortega O sorio, destacó la labor realizada por un equipo de universitarios y universitarios que hizo posible la obtención de este documento. Dicho instrumento jurídico protege la invaluable herencia de esta Alma Mater y garantiza permanecer bajo resguardo confiable de la FA.

En este contexto, la Rectora subrayó que este logro representa una valiosa oportunidad para que la FA continúe fortaleciéndose, con el talento y esfuerzo de su comunidad, el legado que ha definido a la Institución en las últimas décadas. Asimismo, mencionó que, gracias al compromiso colectivo, se ha consolidado la propiedad del recinto, el cual permanecerá como un referente de la cultura y la vida educativa de Querétaro.

Por su parte, el director de la FA, Dr. Sergio Rivera Guerrero aseguró que la entrega de las escrituras de la Antigua Academia de San Fernando es más que un trámite administrativo, constituye una restauración histórica que devuelve a la Universidad un lugar formativo esencial para la identidad gremial y cultural del estado, donde generaciones de artistas han encontrado un ambiente propicio para el aprendizaje, la experimentación creativa y la expresión estética.

El edificio de la Antigua Academia de San Fernando se terminó en 1803, bajo la dirección de la Orden Franciscana; desde su inauguración en 1804, fue la primera escuela gratuita de primeras letras y un año después se inauguró un plantel de dibujo. En 1824 se verificaron elecciones para formar el Congreso del estado y en 1847 sirvió como sede a los diputados de la República que eligieron en él al presidente Pedro María Anaya, entre muchos otros acontecimientos.