“La democratización en América Latina se ha hecho de manera desigual; es decir, entre los distritos subnacionales que integran un territorio y el nivel nacional no todos viven en el mismo sistema democrático”, así lo expresó la Dra. Flavia Freidenberg, directora del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca, España, durante una conferencia dirigida a estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales del Alma Máter queretana.

En la charla titulada “¿Cuánta democracia hay en mi pueblo? Tensiones entre elecciones locales, autoritarismo subnacional y democracia en América Latina”, en la que se contó con la presencia de la Dra. Martha Gloria Morales Garza, secretaria particular de Rectoría y del Mtro. Carlos Ramírez Olvera, director de esa unidad académica, la experta resaltó que la mayoría de los estados de América Latina cuentan con reglas que definen cómo se accede al poder y cierto grado de autonomía y su régimen político propio; sin embargo, detrás de ese marco democrático las prácticas que se vinculan a estas reglas e instituciones no son del todo poliárquicas o democráticas. “Existe una distinción entre lo que dice la norma y el sentido común y en lo que las prácticas son en realidad”.

En este sentido, enumeró las causales por las cuales ocurren este tipo de ejercicios y aseguró que no en todos los contextos sucede igual. Además, afirmó que para eliminar estos actos, es preciso garantizar elecciones libres, competitivas, justas y equitativas; así como un aparato regulador que garantice que comicios se realicen de esta forma; por lo que las universidades juegan un papel fundamental pues deben generar ideas que estrechen brechas entre los conceptos de acceder al poder y cómo debe ejercerse.

Asimismo, Flavia Freidenberg reiteró la necesidad de que se abran espacios de debate y se fortalezca a la opinión publica, lo que dará paso a que exista un sano pluralismo político; al mismo tiempo que debe asegurarse que en toda sociedad existan medios de comunicación alternativos y libres que garanticen la transmisión de información de todas las ideologías políticas y den cabida a la crítica y la reflexión.

Por otro lado, es necesario construir instrumentos que permitan y contribuyan a mejorar varios elementos: “una, la identificabilidad, que es un elemento importante para la calidad de la democracia; es decir, yo elector tengo que saber a quién elijo y qué me está proponiendo, a nivel local es fundamental, lo que me ayuda a tener la segunda característica, el control político”.

Esta característica, dijo, consiste básicamente en la rendición de cuentas, en que los funcionarios asuman su responsabilidad y que los ciudadanos tengan la posibilidad de castigar o premiar a los gobernantes que han hecho su función adecuadamente.

La politóloga concluyó con la importancia de que los ciudadanos se ocupen de las tareas que les corresponden como informarse y participar, ya que actualmente la ciudadanía activa en América Latina es algo que no existe en todos lados.