La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través de la Oficina del Abogado General y Género UAQ, presentaron el Protocolo de Actuación e Intervención en materia de violencia de Género, con lo que se reafirma su compromiso de proteger los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia, como una comunidad comprometida con el pleno respeto de los derechos humanos que procura que sus integrantes se desarrollen con plenitud y libertad.

Al respecto, la Dra. Teresa García Gasca, rectora de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, refirió que se trata de una deuda que se tenía con la comunidad universitaria, además agradeció la participación de alumnos, académicos y  autoridades para la culminación de este trabajo interdisciplinario.

“Es muy importante contar con este documento que al ser perfectible, tendrá que irse adecuando a las necesidades; ya lo tenemos en las manos, es una base que nos permite normar en este tema. La violencia de género ha sido normalizada por generaciones, y a veces no la detectamos, por lo que se tiene que erradicar”, enfatizó. 

A su vez, la Mtra. Cathia Huerta Arellano, coordinadora de Género UAQ, aseguró  que se trabaja bajo la consigna de abonar a la construcción de una cultura de paz para la comunidad, por lo que este protocolo permitirá contar con una Universidad libre de violencia. 

“El objetivo es establecer los mecanismos necesarios para prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar todo tipo de violencia y discriminación de género de la comunidad universitaria, a fin de garantizar a mujeres y hombres una vida libre de violencia de género”, explicó. 

Por su parte, el abogado General, Mtro. Gerardo Pérez Alvarado, detalló que la violencia es un problema social que afecta a toda la población y ejemplificó con las estadísticas más recientes sobre los índices de violencia contra las mujeres en la entidad, en la que prevalecen los feminicidios en diferentes contextos. 

“Tiene como finalidad formar una cultura permanente de respeto y libre de violencia, que asegure un ámbito de respeto a la dignidad y los derechos de nuestra comunidad; es un instrumento útil que permite a las autoridades universitarias intervenir de manera oportuna y eficaz”, relató. 

Por ello, los principios rectores de este Protocolo incluyen: confidencialidad; igualdad y no discriminación, respeto a la dignidad, debida diligencia, efectividad, colaboración interinstitucional, enfoque transformador e interés superior de la víctima.

En tanto que las conductas sancionables que se establecen son la violencia de género contra las mujeres, que se define como cualquier acto u omisión, basado en el género de las personas, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público. 

En el documento se clasifican como tipos de violencia la psicológica, física, sexual, patrimonial y económica; se subdividen en las modalidades: laboral, docente, en la comunidad, digital, y la discriminación basada en género o sexo.

Además, se sancionarán las conductas que constituyan acoso y hostigamiento sexual que pueden ser de carácter físico como: espiar, mostrar partes íntimas del cuerpo, y tener contacto físico sugestivo o de naturaleza sexual como tocamientos, besos, abrazos, manoseo y jalones, entre otros.

Las instancias responsables de la atención de estos casos son la Oficina del Abogado General y la Unidad de Atención de Violencia de Género, por lo que cada Campus y Plantel contará con una persona que fungirá como enlace y canalizará cada caso. El protocolo en formato digital, se publicará en la página de internet de la Máxima Casa de estudios de la entidad y se espera que en breve se repartan ejemplares impresos entre el alumnado de las 13 facultades y la Escuela de Bachilleres. 

Asimismo, en este marco se presentó la conferencia magistral "Feminismo en la Universidad, avances y retos para erradicar la violencia de género” dictada por la activista, académica, antropóloga e investigadora Marcela Lagarde y de los Ríos, quien se congratuló por la creación de este marco normativo.

“Lograr la concreción de un protocolo en la universidad pública, en particular la UAQ, y que han podido reunir todo el acopio de fuerzas para poder elaborar esto que está escrito y que reúne el aporte vital que han dado las colegas feministas a hacer la crítica del mundo donde estamos”, describió.