Con el propósito de reunir a los jugadores que formaron parte del equipo de Gallos Blancos de la Universidad Autónoma de Querétaro y que contribuyeron a crear identidad queretana a través de este conjunto, integrantes de De corazón Azul y Negro A.C. en coordinación con la Barra Resistencia Albiazul, realizarán un partido conmemorativo el próximo sábado 29 de junio a las 16:00 horas en el Estadio Municipal.

El evento, se enmarca en el 26 aniversario del tercer encuentro en la final de ascenso a la primera división que el entonces equipo universitario disputó contra los “Correcaminos” de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en la temporada 1986-1987 y que se efectuó en el Estadio Azteca.

Los invitados a la contienda futbolística son los ex jugadores: Víctor Manuel Cobián, Sergio Violante, José Concepción Rangel, Mario Cruz, José Ángel “La Chicha” Martínez, Jorge Filos Laguna, Joel Anguiano, Enrique Macario, Alejandro Palomares, José Luis Cacho Alvarado, Víctor Mañón, Fernando Soria, Jesús Martínez y Alfonso Salinas.

Será entrada gratuita, el único requisito es que cada asistente lleve un kilo de alimento no perecedero, el cual será donado a la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC).

Alejandro Palomares, quien formó parte de la escuadra queretana cuando era estudiante de la Licenciatura en Derecho, ahora forma parte del staff de entrenadores de esta Casa de Estudios y es el responsable de la selección representativa de fútbol soccer varonil. En entrevista, el ex jugador recordó que “desde que resurgió el equipo fuimos competitivos, de nivel de liguilla, por eso nació tanto arraigo en la gente y ahora también los jóvenes se acuerdan de los Gallos Blancos de la UAQ”.

Asimismo, relató que el equipo comenzó en el Estadio Municipal y fueron avanzando a mejores categorías, motivo por el cual los queretanos se encariñaron con el conjunto. “La trayectoria fue siempre positiva, la sociedad queretana se identificó con los colores, con el escudo y con la Universidad. Era un equipo competitivo, todos los factores se dieron para que tuviera ese arraigo, más la competitividad era obvio que la consecuencia fuera positiva”.

Oliver Nahum Godínez Martínez y Mario Alberto Villanueva, son los jóvenes responsables de la organización del partido, pertenecen a la Asociación Decorazón Azul y Negro y forman parte de la Barra “Resistencia Albiazul”. Coincidieron en que un verdadero aficionado conoce la trayectoria de su equipo, por lo que se han dado a la tarea de reunir los datos más trascendentales de su historia:
En 1978 el entonces presidente municipal de San Juan del Río, Ing. Gustavo Nieto, le cede la franquicia de Tercera División de “Los Gavilanes” a la Universidad Autónoma de Querétaro. El entonces rector, Dr. Enrique Rabell Fernández hizo un gran esfuerzo en mantener al equipo que durante dos años continuaron jugando de locales en esa demarcación, aunque los entrenamientos se efectuaban en las instalaciones de la Casa de la Juventud y en el Campus Centro Histórico de la UAQ.

En 1980 cambiaron el nombre de “Gavilanes” al de “Universidad Autónoma de Querétaro”. Bajo el nuevo empuje brindado por el rector de aquella época, Dr. Mariano Palacios Alcocer, la afición comenzó a llamarlos “Gallitos”; con el tiempo y gracias a los logros obtenidos se ganaron que se les reconociera con toda justicia como “Gallos Blancos de la UAQ”. En 1982 Francisco Reséndiz, quien era el administrador del equipo, lo dejó totalmente en manos del Alma Máter queretana y se formó el Patronato.

Con el entrenador Antonio Asencio el equipo universitario consiguió llegar a la Segunda División en poco tiempo y lograron llenar el Estadio Municipal de afición queretana, que poco a poco fue encariñándose con el equipo y con el mote de “Gallos Blancos”.

En la temporada 1986-1987 los universitarios lograron disputar la final de ascenso contra los “Correcaminos” de la Universidad Autónoma de Tamaulipas; el 10 de mayo a su regreso del partido de ida, el camión que transportaba al conjunto sufrió un accidente en el que murieron tres jugadores; los demás debieron sobrellevar la tragedia y continuar con el compromiso deportivo. Debido a un empate, el encuentro se extendió hasta un tercer partido que se realizó en el Estadio Azteca en la ciudad de México, encuentro que definió al equipo contrario como el ganador.